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Esta semana está dedicada a la radio y televisión española, me he dado cuenta al sentarme a escribir que los dos asuntos destacables no sólo de este semana, sino de muchas de las de mi vida son producidos por ellos.
Empiezo con Radio Clásica. Es la única música que escucho. Enciendo la radio en la cocina, eternamente en el dial 96.5 de FM. A la hora de cocinar y de comer. Nunca en el desayuno ya que elijo el silencio matinal. Casi nunca en la cena ya que elijo las noticias de Tve. Esta semana se ha colado aquí el programa Música y significado: Símbolos, arquetipos. Con la posibilidad de escucharlo también por internet, he repetido la audición varios días, para aprender del uso que la música hace de Jung y de sus arquetipos. Y como internet no tiene fin salté unas líneas más abajo de la pantalla al título Arvo Pärt: Fratres. En fin. Nada más que añadir sobre la emisora que da música a mi vida. 
Y el segundo asunto es la Historia de nuestro cine que ha comenzado este mes en la 2 de Tve. Cada semana las cinco películas emitidas de lunes a viernes son elegidas con un criterio. Está previsto que dure tres años, lo cual arroja un saldo de 690 películas, lo cierto es que esta cantidad de películas me resulta excesiva y temo que empache al público. Hasta ahora la selección ha sido muy interesante. Disfruto especialmente con las películas antiguas, mediados del siglo pasado por limitar el criterio, y especialmente si suceden en Madrid. Y voy a nombrar Surcos que emitieron la semana pasada y me dejó una profunda impresión. Madrid, años 40. Más un documental que una película. Mis padres llegaron a Madrid a principios de los 50, ese sí con el pan asegurado gracias a la profesión militar. En fin que los ecos de la película me llegan hasta hoy porque el contraste con el Madrid actual es grandísimo. En tres generaciones ha pasado una eternidad. Desde la generación de mis padres que vivieron la guerra de niños, la mía últimos años del franquismo, inicio de la democracia, hasta los jóvenes actuales: hijos únicos o casi preocupados por tener el más reciente modelo de teléfono móvil. En mis viajes en el 27 por el paseo de la Castellana, veo las imágenes de miseria y supervivencia en blanco y negro que se han grabado en mi retina contrastadas con las actuales a todo color, a todo confort.

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